Museo de Belenes
La profunda tradición de esta ciudad en cuanto a construcción de belenes se refiere, tiene un íntimo y evocador exponente en esta colección de dioramas navideños que recoge distintos aspectos del nacimiento y vida de Jesús, realizada por artistas de la Asociación de Belenistas de Alicante. Igualmente se exhibe una importante colección de belenes realizados en distintas partes del mundo que posee un elevado interés por su originalidad. Este curioso museo se encuentra en una vieja casa rehabilitada del casco antiguo de la que se ha conservado el aljibe.
A nivel español, el primer pesebre que consta documentado se montó allá por el año 1300 en la catedral de Barcelona. A lo largo del siglo XVI, con la Contrarreforma, se produce un gran impulso en la realización y montaje de nacimientos en la Europa católica, que alcanza su cénit en el sur de Italia durante el barroco. El monarca español Carlos III, dio un gran auge a la exhibición de composiciones belenísticas fuera del ámbito estrictamente eclesiástico, tanto en el propio Palacio real como en las residencias nobles de la Corte madrileña, popularizándose en todos los hogares a partir de comienzos de siglo XIX.
Fueron los españoles, durante la colonización de América, quienes llevaron al Nuevo Continente la costumbre del nacimiento que mantiene en aquellas tierras una gran vitalidad, con peculiaridades propias de la artesanía indígena.
Hoy en día España conserva viva, con gran intensidad, la tradición de montar belenes durante la Navidad, tanto en lugares públicos como en domicilios privados.
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EL BELENISMO EN ALICANTE
Por lo que respecta a la ciudad de Alicante, el Belenismo cuenta con una sólida tradición ligada al buen hacer de un gran número de artistas que trabajan de modo totalmente artesanal. En 1959 fue creada la Asociación de Belenistas de Alicante, la primera de su género declarada por el Ministerio del Interior en 1997 ENTIDAD DE INTERÉS PUBLICO.
La capital alicantina tiene también su pequeño monumento alegórico al Belenismo en el paseo central de la Avenida de Oscar Esplá, junto a la Plaza de La Estrella, realizando su Asociación el belén monumental con cuatro escenas que instala el Excmo. Ayuntamiento.
Con los fondos recibidos desde distintas partes del mundo a lo largo de décadas y las obras propias de los miembros de la Asociación de Belenistas de Alicante, se creó el Museo de Belenes bajo la tutela del Excmo. Ayuntamiento de la ciudad a cuya concejalía de Cultura figura adscrito.
Ubicado en una casa tradicional del casco antiguo, construida en la primera mitad del siglo XIX, este Museo de Belenes nos da una idea global de lo que representa el quehacer belenista en España y el mundo de la mano de artistas de primer orden y anónimos artesanos.
En el lado izquierdo de la entrada y al fondo del recinto podemos contemplar dos series de dioramas realizados por maestros belenistas alicantinos. Merece la pena fijarse en los detalles de las figuras, sus vestimentas, objetos de decoración de las estancias, elementos paisajísticos e iluminación de las escenas reproducidas del Antiguo y Nuevo Testamento que se renuevan periódicamente para así poder descubrir facetas diferentes que animen a repetir la visita.
De España destacamos piezas exclusivas hechas por figurinistas de primer orden como el madrileño José Luis Mayo Lebrija o el barcelonés Martín Castells Martí, así como muestras de artistas de Valencia, Salamanca, Murcia y Jerez de la Frontera.
Hallaremos ejemplos belenistas de Valencia (Lladró), Salamanca (Artesanía Orejudo) y Jerez de la Frontera (Pedro Ramírez Pazos) así como un nacimiento mallorquín.
Ampliamente está representada la escuela de Murcia, con figuras sencillas de artesanía popular llamadas de “cacharrería” y conjuntos elaborados por destacados maestros como Rogelio Pérez Garre, José Cuenca Valverde, Manuel Nicolás Almansa, los hermanos Griñán de Puente Tocinos o los talleres Ortigas. También se exhibe un curioso belén del s. XIX hecho con escoria de vidrio y figuras populares murcianas.
El ya citado Mayo Lebrija, de Leganés (Madrid), muestra dos destacados conjuntos de figuras, correspondiente uno al Gran Belén Popular Alicantino realizado en 1998 según la técnica del siglo XVIII, con arcilla y atavíos de tela, metal y cuero cuyas figuras fueron vestidas por diferentes manos costureras que han copiado trajes antiguos y tradicionales alicantinos así como vestimentas de época. El otro es un belén exclusivo que hiciera en 1990 con motivo del V Centenario de la concesión por el rey Fernando el Católico del título de Ciudad de Alicante.
Decorando algunas paredes del museo se pueden contemplar originales cuadros en relieve. También destacamos un nacimiento tallado sobre un tronco de algarrobo, obra de Mengual; dos escenas cuyo contenido resulta curioso: Noche de Reyes y el Taller del Belenista; un belén panorámico “Epifanía en Altea” cuya luz mutante asemeja al amanecer y posterior anochecer en esta bella localidad alicantina; y por último un gran belén de tamaño natural cuyo autor es Pedro Hurtado Carreres.
Por lo que respecta a las muestras de carácter internacional, expone el museo elocuentes ejemplos de nacimientos de diversos continentes. Europeos encontramos de Alemania, Francia (Provenza), Italia (Murano), Polonia y Portugal. Asiáticos de China (Macao), Israel y Japón. Africa está representada con artesanía en madera de Alto Volta. Y de América encontramos figuras, conjuntos y originales molinetes plenos de colorido e ingenio procedente de Bolivia, Canadá, México y Perú.
El Museo de Belenes de Alicante es un reducto entrañable que traslada al adulto a su infancia y recrea al niño que contempla extasiado figuras y paisajes navideños detrás de cuya belleza hay muchas horas de trabajo artesanal, a menudo desinteresado, de artistas que modelan con esmero, gusto y detalle para rendir homenaje a la vez que perpetuar el Nacimiento de Jesús.
BREVE HISTORIA DEL BELENISMO
Se tiene noticia de que fue San Francisco de Asís quien, durante la Nochebuena de 1223, impulsó una primera representación de la Natividad de Jesús en una gruta de la localidad de Greccio, con personajes y animales vivos, por lo que se considera a este santo el patrono de los belenistas. Con posterioridad sería Santa Clara quien difundiera esta costumbre por los conventos franciscanos de Italia. El testimonio más antiguo que se conoce de la realización de un belén con figuras data de 1252, instalándose en el monasterio alemán de Füssen (Baviera).